viernes, 15 de mayo de 2015

CARTA DE UNA MADRE A SU HIJO





Hijo mío: 

Cuando voy a hablar de ti las palabras florecen. Estoy tan agradecida con Dios por haberme permitido ser tu mamá.  
Haberte tenido en mi vientre, ver tu desarrollo en mi pancita, escuchar tu corazón latir por primera vez, sentir tus movimientos, ver tu rostro, saber que serías niño, conocerte... 
Siempre que hablo de ti me emociono. A veces sonrío y otras veces lloro. Muchas veces me angustio y otras me ilusiono. Me produces una mezcla de sentimientos que es mágica, me inspiras. 
Hace poco vi un vídeo donde unas mamás le hacían promesas a sus niños. Utilizaron una leyenda japonesa donde escriben en origami (un papel que puedes manipular para hacer artes) esperanzas otorgadas y promesas cumplidas. Esas imágenes me inspiraron para hablarte de mis esperanzas y mis promesas contigo.  
Prometo siempre estar a tu lado. No importa en qué parte del mundo esté, mi corazón siempre estará contigo. Prometo cuidarte. Prometo respetarte. Prometo encaminarte. Prometo ser tu mejor guía en este mundo. Prometo nunca darte la espalda. Prometo hacerte feliz. Prometo ofrecerte una niñez llena de vida y experiencias únicas. Prometo abrazarte toda la vida. Prometo darte mi pecho para que descanses sobre el.  Prometo hablarte con la verdad por más cruda o mala que sea.  
Prometo amarte hasta el infinito y más allá. Mi única esperanza es que seas un hombre de bien, que logres lo que propongas en la vida, que siempre tengas salud, que respetes a tus hijos, a tu pareja, a tus semejantes y que siempre seas feliz. 
Te ama, tu mamá.

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